Ahora ya sabemos de la estrecha correlación que existe entre la enfermedad periodontal y las condiciones patológicas tales como la diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular.
Varios estudios recientes ponen de manifiesto la capacidad con la que influye la enfermedad periodontal y las probabilidades de causar enfermedades importantes.
La enfermedad periodontal y la artritis reumatoide (AR) son procesos que no sólo comparten rasgos clínicos sino también características patológicas, epidemiológicas y terapéuticas.
La artritis reumatoide es una enfermedad sistémica crónica que afecta la membrana sinovial de las articulaciones. Esta membrana reacciona a la inflamación mediante el aumento de volumen e invade el cartílago y el hueso subcondral (parte del hueso implicado en la articulación), provocando una erosión y destrucción gradual.
Es importante recordar que este proceso no sólo podría afectar a las articulaciones, sino también a los ojos, los pulmones, el corazón y a los riñones. Es precisamente por esta razón que a esta enfermedad periodontal se le llame también» enfermedad sistémica».
Uno de los elementos principales en la patogénesis de la enfermedad periodontal es la producción de anticuerpos anti-citrulina (el cuerpo reconoce el aminoácido citrulina como un agente extraño a su propio mecanismo y en consecuencia produce anticuerpos específicos para eliminarlo), que no está presente en otras enfermedades.
El Porphyromonas gingivalis, el patógeno periodontal que más se asocia con la etiología de la periodontitis crónica, es la única bacteria conocida hasta la fecha que puede producir la enzima deaminasa peptidil-arginina (PAD).
Esta secuencia de eventos podría entonces explicar cómo la periodontitis (un proceso localizado) que se puede obtener en individuos susceptibles, se convierta en una enfermedad sistémica, como la artritis reumatoide.
Estos estudios sirven para dar una mayor importancia al cuidado y la higiene de la cavidad oral, que son fundamentales para preservar la salud de todo el organismo.
