La sensibilidad dental es un problema que afecta a alrededor del 25% de la población adulta debido a la exposición de la dentina, un tejido poroso que se encuentra protegido por los dientes y las encías.
Cuando la dentina se encuentra sin protección, permite la infiltración de elementos calientes / fríos que al entrar en contacto con el nervio del diente, causa dolor y un malestar general asociado con la sensibilidad dental.
Causas de la sensibilidad dental
Hay varios factores que conducen a la sensibilidad dental: gingivitis, caries, las encías, dientes rotos y el esmalte gastado de los dientes.
Otros son:
– La exposición de la raíz de los dientes, por lo general asociada a la inflamación de las encías.
– Técnicas de cepillado incorrecto. Observa a tu cepillo de dientes, si las cerdas están desgastadas es porque estás haciendo mucha fuerza en el momento de la limpieza.
– El uso de prótesis dentales y aparatos de ortodoncia.
– El blanqueamiento dental se realiza incorrectamente.
– El Bruxismo o el rechinar los dientes también causan sensibilidad.
Tratamiento
Según los expertos, la sensibilidad es temporal y transitoria y puede o no aparecer a lo largo de la vida. Pero si el problema persiste, es importante pedir una cita con tu dentista que te indicará el mejor tratamiento que puedes realizar a través de la intervención a nivel propio del diente o fortaleciendo el esmalte de los dientes con un gel, pasta de dientes o elixir apropiado para ello.
Prevención
Además de visitar al dentista con regularidad, la prevención de la sensibilidad dental hay que realizarla en casa a través de una buena higiene.
Presta atención a tus hábitos de alimentación, al control de la cantidad de ácidos ingeridos, así como al intervalo de tiempo que existe entre la alimentación y el cepillado. Según las encuestas, la pérdida de estructura dental se produce si el cepillado se hace inmediatamente después de comer ácido.