El correcto desarrollo de los dientes de los niños es un tema que preocupa mucho a sus padres. A medida que se van desarrollando las piezas, comienzan las dudas sobre si todo está correcto, si necesita alguna corrección o si necesita ortodoncia infantil. Por eso es fundamental conocer el estado de salud bucodental acudiendo a consultas regulares a partir de los seis o siete años. En este post te hablamos sobre los casos más frecuentes y los tipos de ortodoncia infantil que más se utilizan.
¿Es necesaria la ortodoncia infantil?
Las maloclusiones dentales, causa principal por la que se inicia un tratamiento de ortodoncia infantil, pueden ser de diferentes tipos y niveles de gravedad. De esto dependerá la edad a la que se recomienda iniciar cualquier tipo de tratamiento.
Se recomienda realizar una primera visita a los seis años, para conocer el estado de las piezas y hacer un diagnóstico inicial del crecimiento de los dientes y la salud bucodental del niño. El especialista hará una valoración de la posición de la mordida y los huesos para poder corregir cualquier anomalía de la forma más sencilla y menos dolorosa.
A pesar de que el dentista no encuentre ningún indicio de que el niño necesite un tratamiento, se recomienda seguir yendo a revisiones con una periodicidad de 6 o 12 meses, dependiendo del caso, para un correcto seguimiento.
Entre los 8 y los 10 años es cuando los niños empiezan a perder los dientes de leche y comienzan a aparecer los definitivos. Es precisamente el momento perfecto para valorar la dentadura y determinar si es necesario un tratamiento.
Tipos de ortodoncia infantil
Durante la etapa de crecimiento de los niños, hay dos momentos clave para iniciar un tratamiento de ortodoncia: el primero a los seis, y el segundo a los doce años. En función de la edad y de las necesidades que ha desarrollado el paciente, se pueden diferenciar dos tipos de aparatos: ortodoncia interceptiva y ortodoncia fija.
¿Qué es la ortodoncia interceptiva?
La ortodoncia infantil interceptiva es lo que comúnmente conocemos como aparatos “de quita y pon”. Son la opción más habitual para niños muy pequeños que aún cuentan con dientes temporales y definitivos.
Son aparatos removibles formados por placas fabricadas con material acrílico que se sostienen en la arcada dental gracias a unos ganchos de sujeción. Son el tratamiento para corregir la mordida cruzada posterior, expandir la arcada dentaria o desplazar alguna pieza dental que no está correctamente colocada.
Es una opción muy cómoda para los niños y les resulta muy sencillo familiarizarse con este tipo de ortodoncia infantil. Deben tenerlos puestos durante varias horas al día, dependiendo de las indicaciones que haya recibido por parte del dentista.
La eficacia de los resultados está directamente ligada con el tiempo de uso que se le dé al aparato. Es decir, en la mayoría de los casos, ponerlo un par de horas al día no es suficiente y se alargará en el tiempo el tratamiento.
¿Qué es la ortodoncia fija?
Los aparatos fijos más conocidos son los brackets, que se colocan a partir de los 12 años, que suele ser cuando los niños ya han sustituido los dientes temporales por los permanentes.
Es un tratamiento que puede utilizarse de forma independiente o como complemento a la ortodoncia removible.
Podemos distinguir los tipos de tratamientos de ortodoncia infantil fija según el material con el que se fabrican: brackets metálicos, de cristal de zafiro, de porcelana o cerámicos y brackets linguales incógnito.
Cuidados de la ortodoncia infantil
Es fundamental la higiene dental durante el período en el que un niño lleva ortodoncia infantil, ya que suele favorecer que se acumulen restos de alimentos y placa en los aparatos y provocar la aparición de caries.
- En el caso de la ortodoncia interceptiva o removible, se debe realizar una limpieza en profundidad antes de colocarlo y al quitarlo. Y sin olvidarnos de limpiar el propio aparato, con la misma frecuencia que se cepillan los dientes.
- En el caso de la ortodoncia fija, será el propio dentista el que indique al paciente si es aconsejable usar seda dental, cepillos interdentales y complementar la higiene con un colutorio con flúor.
Para evitar la acumulación de suciedad y sarro, se recomienda reducir los tiempos entre limpiezas generales, acudiendo cada seis meses mientras dure el tratamiento de ortodoncia infantil.