¿Qué son?
Estos hábitos orales están directamente relacionados con las funciones del sistema estomatognático (succión, deglución, masticación, la respiración y el habla).
Sin embargo, una distinción de hábitos orales nutricionales los cuales están relacionados con la obtención de alimentos y el desarrollo del niño (por ejemplo, tomar el pecho en los primeros meses de vida) y que se relacionan con los hábitos que no tienen un papel nutricional, pueden tomar serias implicaciones para el desarrollo facial oral de los niños, dependiendo de su intensidad, frecuencia y duración.
Dependiendo la edad del niño:
- Succión digital (chuparse el dedo)
- Morderse la lengua, las mejillas, los labios o los objetos
- El bruxismo (rechinar de dientes) morderse las uñas
Según varios autores, la aparición de estas conductas se pueden basar en una situación de inseguridad, frustración, ansiedad o angustia del niño, así como la ausencia materna de la lactancia en los primeros meses de vida.
Por otro lado, los hábitos orales pueden presentarse sólo como un comportamiento casual que poco a poco se van realizando en varias ocasiones.
¿Cuáles son las consecuencias?
- Cambios
- El desarrollo y la posición de los dientes
- Las deficiencias en el posicionamiento de la mandíbula, los labios, la lengua y el paladar
- Los cambios en los movimientos necesarios para masticar y tragar la comida
- Los cambios en la respiración
- Los problemas en el habla
Se recomienda la eliminación de los hábitos orales hasta los 3 años, con el fin de prevenir y reducir el impacto futuro en las estructuras orofaciales y el sistema estomatognático (chupar, tragar, masticación, la respiración y el habla).