La lengua es un órgano fascinante. Además de ser el principal responsable de actividades fundamentales, como comer y hablar, la lengua es el músculo más fuerte del cuerpo humano. Sabemos que está formada por las palilas gustativas que permiten que se diferencien los sabores.
Vamos a ver algunas de las enfermedades más comunes que podemos encontrarnos en la lengua…
Lengua geográfica
Esta condición recibe su nombre por su aspecto. Se trata de manchas de diferentes tonalidades sobre toda la superficie de la lengua. En algunos casos se puede expandir a otras partes de la boca. La lengua geográfica no duele ni arde, ni está relacionada con ningún tipo de infección. Es una condición benigna que tiene un gran componente genético.
Lengua grande
Es un trastorno en el que la lengua tiene un tamaño mayor al normal. Se debe a un crecimiento anormal del tejido muscular. Su origen puede ser congénito (de nacimiento) o adquirido. Esta enfermedad puede generar problemas para respirar y hablar. En su forma más extrema, la lengua puede sobresalir de la boca.
Lengua calva
Esta curiosa enfermedad hace que la lengua pierda su normal apariencia porosa y se vea lisa. Esto se debe a que las papilas de la lengua se atrofian. Normalmente se debe a deficiencias nutricionales, a causa de enfermedades como la anemia o la pellagra.
Úlceras aftosas
Son pequeñas lesiones que se pueden producir en toda la lengua y algunas partes de la boca. Las úlceras aftosas no son síntoma de ningún tumor maligno, ni tampoco son contagiosas. No obstante, si aparecen hay que consultar con un médico rápidamente para que realice el diagnóstico apropiado, ya que normalmente son confundidas con herpes, que sí son contagiosas.
Leucoplasia oral
Son manchas blancas o grises que se forman sobre la lengua, en la parte interna de las mejillas, o en la cavidad sublingual. Una curiosa variante es la leucoplasia vellosa, que se presenta sobre todo en pacientes infectados con el VIH. Normalmente solo genera algo de molestia con algunas comidas o con alimentos muy calientes o duros. Asimismo, es fundamental la consulta con un médico pues suelen ser síntomas de infecciones graves.