La inclusión dentaria suele ser el resultado del apiñamiento de las piezas, que no dejan espacio suficiente para que aflore una nueva pieza. La retención puede tener lugar cuando se pierde un diente de leche antes de que el nuevo diente esté listo para emerger, lo que permite a las piezas restantes desviarse y ocupar el espacio reservado a la nueva. Sin embargo, la mayoría de las piezas retenidas son las muelas del juicio, porque son los últimos molares permanentes en salir y la mandíbula carece de suficiente espacio para acomodarlos.
Cuando se habla de dientes retenidos generalmente se piensa en los terceros molares, pues realmente estos son los más comunes, sin embargo, esta condición no es exclusiva de ellos, puede presentarse en cualquier pieza dentaria.
El diagnóstico debe estar apoyado por imágenes, ya sea gracias a un estudio radiográfico o una tomografía; sin embargo hay signos y síntomas clínicos que dan la voz de alerta y es importante tomar en cuenta:
1. Erupción tardía de una pieza dentaria, por ejemplo, el paciente mudó el temporario hace meses y el permanente no se asoma.
2. El tiempo promedio de erupción ha pasado y el diente no ha emergido en la cavidad oral.
3. Abultamiento o engrosamiento del tejido blando de la cavidad oral.
4. Dolor en una zona edéntula o en un área que intenta erupcionar una pieza.
Las causas de retenciones más comunes son: herencia, poco espacio en los maxilares, traumas o pérdida a destiempo de los dientes temporarios.
El tratamiento varía mucho de un caso a otro, sin embargo es importante no solo tomar en cuenta el diente retenido, sino al paciente como un todo.
El plan de tratamiento más sencillo es el de los terceros molares, que generalmente deben ser extraídos a la mayor brevedad posible para evitar daños a las piezas dentarias vecinas.
En el caso de caninos, premolares e incisivos, es importante un plan de tratamiento combinado por diferentes tratamientos de odontología que el mismo Odontólogo estudiará.
Gracias a la ortodoncia en un alto porcentaje estas piezas son ayudadas a erupcionar, otras lamentablemente no es posible.
Un diagnóstico a tiempo y correcto, así como un plan de tratamiento que nos garantice el éxito es lo más importante en este tipo de casos para poder conservar nuestra dentadura en perfecto estado.