La planta de Aloe Vera es una planta de la familia Liliaceae, se utiliza por sus múltiples propiedades desde la antigüedad, como atestiguan algunas tablillas de arcilla que se encuentran en Irak y fechado hacia 2000 aC. También fue utilizado por los egipcios para la higiene corporal, para la curación de heridas, en los preparativos para el embalsamamiento o para la preparación de los ungüentos de la sepultura.
Esta planta está atrayendo el interés de muchos investigadores. Numerosos estudios han demostrado es antiséptico, antiinflamatorio, antiviral, antifúngico y protector de la mucosa gastrointestinal, además, que no causa reacciones alérgicas y es capaz de fortalecer el sistema inmunológico.
Su uso en odontología se está convirtiendo cada vez más popular y estudios recientes demuestran su capacidad para reducir los índices periodontales (índice de placa y el índice de sangrado), comparable y consistente con la de la clorhexidina. Este último puede ser considerado como el principio activo de la excelencia para combatir las bacterias más agresivas, pero su uso prolongado puede tener algunas consecuencias negativas como: formación de pigmentos oscuros en las superficies de los dientes, el desarrollo de resistencia bacteriana y disgeusia (percepción alterada gusto), aspectos que no pueden ocurrir después del uso de Aloe Vera.
También se puso de relieve su capacidad para inhibir algunas bacterias cariogénicas en las bacterias de la placa tales como Streptococcus mutans y alguna enfermedad periodontal como Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Porphyromonas gingivalis y Bacteroides fragilis.
Los muchos aspectos positivos y la limitada o ningún efecto negativo del Aloe Vera son una valiosa ayuda en la prevención y tratamiento de ciertas enfermedades orales. Por tanto, parece aconsejable a veces hacer un «paso atrás» y aprovechar la mayor parte de algunos de los regalos que la naturaleza tiene para nosotros.
